Oportunidades internacionales

En realidad, no se trata de que sea más fácil, que no lo es; ni de que salga más barato, que tampoco. La idea es no marcarse Euskadi como marco para emprender.

Sabiendo que Francia es el país que más turistas mete en esta tierra a lo largo del año; ¿por qué no nos marcamos nosotros a Francia como objetivo para el desarrollo de nuestros negocios?

FRANCIA

Los créditos a I+D pueden alcanzar el 100% de la inversión. Francia es el objetivo de multitud de empresas europeas que invierten en sectores de tecnología punta.

Para ello, en este país existe el perfil de «Joven Empresa Innovadora» que, en la práctica, está exenta de Impuestos (de Sociedades) y de cargas de cuotas a la Seguridad Social de todos los agentes que participen en el proceso investigador. Y si decimos todos, son todos: hasta los letrados que se encarguen del papeleo de las patentes.

La parte mala es que «sólo» dura 8 años y obliga a mantener un nivel de inversión en investigación por encima del 15% de los gastos de la empresa.

¿Es como para pensárselo? Pues si tienes dudas:

INGLATERRA

A menos de 2 horas de Loiu (los billetes se pueden encontrar por unos 50€) se desarrolla el Programa Sirius que, en esencia, pretende reproducir el fenómeno Silicon Valley a orillas del Támesis.

Posee además un ecosistema económico muy favorable al establecimiento de PYMEs (con patentes); 13 clústeres tecnológicos, dos de las mejores universidades del mundo y un sector automoviístico que hizo aguas pero que se ha reestructurado muy bien y comienza a ser, de nuevo, competitivo.

¿Más información?

ALEMANIA

Dentro de este panoráma de competencia por las Start-UP de base tecnológica, Alemania tiene mucho que decir.

A 35 años de la caída del muro, el esfuerzo que se ha realizado por modernizar la antigua Alemania «Oriental» comienza a dar sus frutos: es el único país de Europa en el que los internautas «continúan creciendo» anualmente en cifras procentuales de 2 dígitos; pero todavía queda mucho que hacer.

Alemania es el paraíso de las constructoras; enfrascadas en la renovación de un parque de vivienda de la posguerra que ahora tiene más de 50 años y muchas faltas en «eficiencia energética» y un plazo hasta 2022 para depender de sí misma para abastecerse.