Deliveroo… ¿autónomos o no?
Desde el final del pasado verano Sevilla, Málaga y Bilbao ya cuentan con ciclistas de maleta-nevera. Se unen a A Coruña y Alicante, donde el servicio comenzó justo antes del verano; y a Madrid, Barcelona, Valencia y Zaragoza; donde se han ido implantando durante los anteriores dos años.
Precisamente durante ese verano, los riders (sus repartidores) se hicieron escuchar en todo el mundo. La empresa había «levantado» 385 millones de dólares en una ronda de financiación capitaneada por T. Rowe Price Associates, y Fidelity Management & Research Company; gestores de fondos que antes habían asesorado a otros que pegaron el bote invirtiendo en compañías como facebook o AirBnB. Esa cantidad irá destinada a apoyar la política de expansión que en España les está llevando a implantarse en la práctica totalidad de las capitales de provincia y sus áreas metropolitanas.
Ese apoyo se traducirá en equipo tecnológico y en más y más riders por más y más barrios y ciudades. Pero no han dejado pasar la ocasión para atender parte de las exigencias de los actuales: un mínimo por pedido que eleva la media de ingresos hasta los 10,50€/hora.
¿Mucho o poco?
La empresa se esfuerza por dar señales a sus rider de que, en realidad, son autónomos. De esta manera, es casi imposible que pueda gestionar su sistema para satisfacer las dos exigencias básicas de estos colaboradores: un número mínimo de pedidos que garanticen una media jornada (20 horas semanales) con un sueldo mínimo. Basan su discurso en las facilidades que dan a los colaboradores para escoger su propio plan de trabajo: días y horas; y en que se trata de una forma de lograr ingresos «extra» de manera muy intermitente.
Pero en el marco normativo laboral, los colaboradores autónomos tienen que ser independientes de la empresa y realizar sus trabajos con sus propios medios; cosa que al faltar, de entrada, convierte a estos trabajadores en unos «falsos autónomos» de libro.
Los trabajadores de las cuatro capitales con más experiencia ya se han organizado en una plataforma que denuncia los supuestos abusos por parte de la matriz, y UGT ha lanzado un página web que pretende ser una guía para los que decidan participar en este tipo de relación colaborativa.
Porque no sólo se trata de Deliveroo o de los casos más aberrantes como Über; también otro tipo de plataformas que ponen en contacto particulares con personas que ofrecen sus servicios domésticos como Wayook o Clintu, aunque estas tienen más sentido de economía colaborativa porque, en principio, no ponen reparos a la hora de elegir a los trabajadores: los rider y los conductores de Über sí salen de procesos de selección.