Reino Unido también regula el crowdfunding

Las autoridades monetarias británicas han publicado una regulación fiscal para el crowdfunding que entró en vigor el pasado 1 de abril.

Estas novedades normativas ponen el foco en la defensa del consumidor, es decir: en el prestamista/inversor. Como sucedió con la versió española, el crowdfunding de recompensa (la participación a cambio de «reagalos») y las donaciones comunes quedan fuera de esta modificación y dentro de la Ley de Mecenazgo. La diferencia es que Reino Unido ya tiene esa Ley de Mecenazgo y España todavía no.

Como sucedió en España, también, las plataformas se quejan de las fuertes restricciones que imponen a su actividad; prácticamente les obligan a transformarse en bancos, cuando su estrategia de marketing es, precisamente, alejarse de ese modelo.

Las principales medidas son:

  • Limitación a un máximo del 10% de la renta para inversores sin experiencia. Los que se dediquen a la inversión de manera profesional o asesorados por una entidad que asuma el riesgo tras la protección de un seguro de responsabilidad podrán invertir más
  • Límites a la publicidad y regulación de la información que los promotores de los proyectos deben dar sobre los mismos
  • Por parte de las plataformas, la suscripción de seguros que permitan que los pagos no se paralicen aún en caso de quiebra

La idea más contestada por parte de las plataformas es la de la limitación de las cantidades que los inversores/prestamistas pueden colocar. Razón fiscal, como la implantada en España; pero con mucho más sentido a la hora de fijar el límite por porcentaje (los 6.000€ de aquí aún no se sabe de dónde han sido sacados) y ese guiño a la profesionalidad, tanto de los inversores como de los asesores en la misma.

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